Los sueños de Eva

Los sueños solo sueños son y la verdad que algunos es mejor incluso olvidarlos...

Me considero una persona con mucha imaginación, lo cual me ayuda mucho ya que potencia mi creatividad, pero cuando la imaginación traspasa fronteras y se introduce en tu subconsciente a veces puede jugar malas pasadas... Me refiero a cuando tienes un sueño erótico festivo con alguien que conoces y tienes que ver a diario... En menudos fregaos que me ha metido mi mente!

El sueño que más recuerdo y al que más cariño le tengo lo protagonicé con un profesor de inglés que tuve no hace muchos años... A ver, más de una sabrá que mi gusto por los hombres es de lo más variopinto, pues bien, a él os lo podéis imaginar como el tío más friki que haya suelto por Madrid, treintañero y algo más, solía vestir camisetas de super héroes pero lo que más me gustaba de él son sus impresionantes ojos verdes...en fin, de por sí me parecía muy mono pero no me esperaba acabar soñando con él!

La historia era que teníamos una aventura desde hacía tiempo, en secreto, para colmo sus clases solía sonreírme mucho, e incluso a veces me guiñaba un ojo, vamos, que se veía a una legua que había algo entre los dos. Hubo un momento en el sueño que estábamos en una de sus clases y me cogía de la mano con una actitud muy cariñosa, me abrazaba y me decía cosas muy bonitas al oído hasta que terminamos besandonos apasionadamente...

Os podéis imaginar como estaba al día siguiente en su clase...! No podía apenas mirarle a la cara de la vergüenza que pasaba al recordar el sueño! Jajajajajaja.

Y situaciones como esta y con sueños más subiditos... Vamos, para dejar el diseño gráfico y dedicarme a la literatura de amor y aventuras varias jajajajaja.

Pero lo peor es cuando se crea toda una leyenda acerca de una persona...

Hace varios años, en un curso de los muchos que he estudiado, en una fiesta del centro se hizo un partido de fútbol entre alumnos y profesores, con lo que además de compartir campo de fútbol también compartieron vestuarios. Fue entonces cuando un compañero comentó que que uno de nuestros profesores estaba muy bien dotado.

Al principio eran solo unas cuantas risitas, pero claro, la cosa fue a más y terminó como la Leyenda del Trípode.

Tenía la costumbre de sentarse en el borde de la mesa, con una pierna apoyada sobre el mueble y la otra con el pie en el suelo, con lo que la Leyenda empezaba a recobrar vida (digamos que esa es una pose muy "marcapaquete").

En una de sus clases se apoyó con esa misma postura en mi mesa... Os podéis imaginar el cachondeo que se empezó a armar a mis espaldas... Intentaba no reírme ya que de pronto aparecieron los chistes acerca de la Leyenda del Trípode! Menudo momentazo, intentaba no reír pero a la vez me moría de vergüenza, con lo que terminé medio escondida en la silla y más roja que un tomate! Jajajajaja.

De esto han pasado varios años y aun desde entonces mis amigas y yo nos reímos de esa historieta, y es que hay hombres que dejan huella, de forma peculiar, pero ahí está en mi subconsciente! ;-P

Bienvenidas a nuestro año, servidora se despide para pasar la resaca entre sabanas...durmiendo!